¿No puedes olerlo? El creador de las mañanas, el despertador de los sentidos: el café es la cura con cafeína siempre confiable que nos mantiene en movimiento durante el día. Puedes rastrearlo hasta Etiopía, donde, según la Asociación Nacional del Café, se dice que un pastor de cabras llamado Kaldi descubrió el café después de observar la extraña reacción de sus cabras a la cafeína. Después de consumir bayas de un árbol curioso, se mantenían activas hasta altas horas de la noche. Kaldi llevó las bayas a un monje de un monasterio local que decidió preparar una bebida con ellas. Al igual que las cabras, el monje también notó un mayor estado de alerta durante sus oraciones nocturnas.

Desde esos primeros días, el café ha evolucionado mucho, incluso se ha convertido en ciencia. Los fanáticos del café representan una amplia gama de gustos, estilos y preferencias, pero todos comparten una cosa en común: el amor por una taza de café de calidad. Una buena taza de café puede marcar la diferencia entre una mañana increíble y una regular. Dependiendo del estilo de preparación, obtener los detalles puede resultar complicado. Por eso, hemos elaborado una lista de trucos para preparar café que te ayudarán a preparar una mejor taza. Ya sea una simple cafetera americana o una elegante prensa francesa, aquí tienes algunos consejos para despertarte.

Asegure la frescura con un almacenamiento adecuado del café

No hace falta decir que los granos de café de calidad equivalen a café de calidad. Es comprensible que los presupuestos y las agendas ocupadas puedan llevar a uno a comprometer la calidad, pero solo debes saber que el café de tus sueños siempre está a tu alcance y no tienes que gastar una fortuna para disfrutarlo. Hay señales que indican un gran café. Un indicador a tener en cuenta es la oleosidad, lo que significa que el grano ha sido tostado en exceso. Los granos deben estar libres de grietas y manchas. Revisa el paquete para saber de dónde provienen los granos: las marcas de café de buena reputación suelen tener certificaciones especiales.

¿No te encanta la inclinación de la humanidad por experimentar con sabores? Un saludo a quien descubrió la magia que evoca mezclar azúcar y especias en el café. Por ejemplo, un truco simple para agregar sabor es espolvorear un poco de canela en los posos de café. Agregará un toque de dulzura amaderada a tu bebida, intensificando el sabor. Del mismo modo, las especias aromáticas como la nuez moscada y el anís también ofrecen notas interesantes. Prueba a agregar azúcar para obtener más dulzura. Para los verdaderamente experimentales, prueba extractos de aceite, jengibre e incluso ralladura de limón. Se necesita algo de prueba y error para encontrar el sabor adecuado para ti, pero para una mejor taza, vale totalmente la pena.

En un mundo perfecto, cada mañana comenzaría con el olor del café recién hecho. Lamentablemente, dado que los asistentes robóticos aún no existen, el café no se prepara solo. Un filtro de café colapsado puede ser molesto cuando estás navegando por una mañana brumosa. Incluso este paso aparentemente menor hacia un sorbo de café sacudido es importante y, afortunadamente, hay un truco para evitar que los filtros de café colapsen. Simplemente dobla y carga los filtros a lo largo de las líneas de cresta en la parte inferior y lateral. Las líneas texturizadas están hechas para encajar perfectamente en la cafetera sin caerse.

Son las pequeñas cosas que pasamos por alto las que marcan la diferencia en el sabor de algo. Eso es ciertamente cierto en el caso del café, que puede pasar de delicioso a desastroso simplemente por usar el filtro incorrectamente. Un paso adicional poco probable para un café casero con mejor sabor es enjuagar el filtro con agua caliente antes de usarlo. Podrías pensar: «¿La preparación no enjuaga también el filtro con agua caliente?». La razón del enjuague es garantizar una extracción óptima del café. Un remojo previo ayudará a filtrar el agua de manera limpia y también eliminará el sabor a papel del filtro.

Dependiendo del método de preparación, el agua debe alcanzar una cierta temperatura para obtener mejores resultados. Mientras que una máquina de goteo tradicional usa agua fría, si prefieres una infusión estilo prensa francesa, la temperatura ideal es de 195 grados Fahrenheit. Si has estado usando agua hirviendo, ese es definitivamente un error de café que estás cometiendo en casa. Los amantes de la cafeína pueden literalmente tener un termómetro a mano solo para situaciones como estas. Según Homegrounds, 195 grados Fahrenheit también es ideal para hacer espresso, pero para preparar un capuchino perfecto, necesitarás que el agua esté entre 195 y 212 grados Fahrenheit.

Cuando se utilizan las palabras máximo y sabor para describir algo, sabes que te espera un verdadero placer. Un truco fácil de pasar por alto que garantizará una experiencia más satisfactoria al preparar café en casa es evitar el uso de granos molidos previamente. Piensa en el grano de café como un refugio seguro para todo lo que amas: es el gran protector del sabor. Una vez molido, el sabor comienza a disiparse gradualmente. Además de eso, los granos molidos previamente se empaquetan, se envían y se almacenan en un estante antes de llegar a ti. Es por eso que para una mejor taza, recomendamos moler tus propios granos.

Desde el aspecto del grano hasta la temperatura del agua utilizada para prepararlo, y el tipo de agua en sí, hay muchos factores que intervienen en la preparación de una mejor taza de café. Por ejemplo, elegir el molinillo de café adecuado puede evitar errores innecesarios. Las cuchillas de calidad son clave: son mejores para moler uniformemente los granos, lo que aporta un sabor más fresco. Los molinillos de múltiples cuchillas son superiores y ofrecerán resultados más refinados. Otro beneficio de los granos de café pequeños es la acidez reducida, que se produce comúnmente a partir de trozos desiguales. Créanos: un molinillo de café bien hecho vale la inversión.

Utilice la proporción adecuada de café y agua

Otra parte del proceso de preparación del café que debes tener en cuenta es la proporción de café y agua. Muy poco café equivale a una mañana aguada, mientras que demasiado puede dar lugar a un desayuno amargo. Según NBC News, para las cafeteras tradicionales, 20 gramos por cada 10 onzas de agua es la deliciosa ecuación de café que has estado buscando. Teniendo en cuenta que 20 gramos son aproximadamente cuatro cucharaditas y 10 onzas es una taza de café de tamaño estándar. La preferencia y un poco de paciencia definitivamente juegan un papel aquí, por eso te sugerimos probar varias proporciones para ver cuáles entusiasman a tu paladar.

Ajuste el tamaño de la molienda para reducir el amargor.

Aunque el amargor puede sumarse al complejo perfil de sabor del café, demasiado puede agriar la experiencia. Afortunadamente, el amargor se puede controlar y equilibrar a un nivel de tu agrado. Cuando estás moliendo, según WikiHow, es importante tener en cuenta qué tan fino se vuelve el café molido. El amargor está directamente relacionado con el tamaño de la molienda, y el tamaño variará dependiendo del tipo de café que prepares. El molido grueso es mejor para las prensas francesas, mientras que el medio fino funciona mejor para el café de filtro. Haz una búsqueda rápida en Google para encontrar el tamaño que mejor se adapte a tu método de preparación.

Cuando se trata de café, la molienda nunca se detiene. Dejando a un lado el eslogan cursi, una vez que tienes un molinillo de café confiable, es importante saber cuándo ponerlo a trabajar. Para obtener una taza de café con mejor sabor, se recomienda que muelas el café justo antes de prepararlo. Los granos comienzan a perder su atractivo inmediatamente después de molerlos porque la oxidación los expone al aire, lo que permite que los aceites y los aromáticos (es decir, las cosas buenas) se escapen. Definitivamente notarás que los baristas adoptan exactamente este mismo enfoque en tu próxima visita a la cafetería, y cuando se trata de granos, los baristas saben más.

En el mejor de los casos, la dulce ciencia de hacer café requiere una consideración cuidadosa en cada paso del proceso. La temperatura incorrecta del agua afectará el sabor con la misma facilidad que la calidad de los granos que uses. A la larga lista de trucos esenciales del café se suma saber la proporción ideal de granos de café y agua. Si bien los bebedores experimentados probablemente puedan improvisar el proceso de preparación sin problemas, cualquier experiencia o falta de ella no debería impedirte considerar este simple truco: mide los granos de café. En pocas palabras, hacerlo dará como resultado un mejor sabor y reducirá el desperdicio innecesario.

El momento es de suma importancia cuando se trata de café. La más mínima sobre o submedición puede alterar los resultados deseados. Una vez que haya descubierto cómo identificar un grano de calidad, otro indicador que debe buscar es la fecha de tueste. La fecha de tueste es cuando se tostaron los granos. Si no ve la fecha de tueste en el paquete, es una clara señal de que debe salir corriendo. Le recomendamos que compre granos solo tres meses después de la fecha de tueste. Es un consejo de preparación que seguramente le dará una taza de café más fuerte.

Ya sabes, a veces simplemente tienes que tomar café a cualquier precio. Este próximo truco es definitivamente una prueba de ello, porque quien haya inventado el uso de una máquina para hacer palomitas de maíz para tostar los granos debe haber enfrentado circunstancias extremas. Pero el diseño de las palomiteras es realmente perfecto para tostar granos de café. Su forma te permite mover los granos, lo que hace que se tuesten de manera más uniforme. Si bien no iremos tan lejos como para sugerirte que reemplaces tu cafetera, definitivamente recomendamos probar este divertido truco. A veces, las cosas más inesperadas producen las sorpresas más emocionantes.

Si hay algo que tener en cuenta al preparar café, es que una infusión de calidad requiere una medición adecuada y una distribución uniforme. A diferencia de la variedad de goteo, el método para hacer espresso viene con su propio conjunto de reglas. Una regla general en particular tiene que ver con el apisonamiento. El apisonamiento es el acto de empujar hacia abajo el café molido hasta que esté denso y compacto. El apisonamiento inconsistente es un error de espresso que nunca debes cometer en casa y que puede causar picos de amargor y acidez. Debes aplicar entre 20 y 30 libras de presión al apisonador. Los granos solo deben llegar hasta el borde de la canasta.

La limpieza es lo más parecido a un buen café, eh… algo así. Este próximo truco probablemente no haga falta compartirlo, pero una excelente manera de mejorar tu café matutino es simplemente asegurarte de limpiar tu cafetera. Permitir que su máquina de cafeína pase largos períodos sin limpiarse puede producir un café amargo y desagradable. De hecho, si tu café tiene un sabor desagradable, probablemente sea una señal de que es hora de limpiarlo. Los aceites del café y los sedimentos minerales también se acumulan con el tiempo y alteran el proceso de preparación. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de esos molestos seres llamados gérmenes.

Recalentar el café en la estufa para reducir su ranciedad.

El problema de preparar una cafetera grande es que terminas teniendo que recalentarla cada vez que necesitas una recarga, lo que reduce progresivamente su sabor a recién hecho. Bueno, al igual que cada aspecto del proceso de preparación, incluso hay un truco ingenioso para recalentar el café. Si bien muchos de nosotros podríamos conformarnos con el impulso de energía que proporcionará una taza de café insípido calentado en microondas, puedes evitarlo por completo usando la estufa. Recalentarlo a baja temperatura ayudará a conservar su sabor del «primer sorbo». Es realmente así de simple, todo lo que necesitas es un poco de paciencia adicional.